El Barça arroya en la final de la Copa
El Barcelona ha conquistado el título de Copa del Rey 2017/2018 ante un Sevilla sin ideas. El Barça le pasó por encima y suma su cuarto título consecutivo con una goleada 0-5.
Primera parte fantástica. El Barcelona salió con las ideas muy claras, acorralando al Sevilla desde el primer minuto del partido. Cillessen lo vio claro y ante la presión del Sevilla, mandó un pase largo a Coutinho. El brasileño se lanzó a la carrera desde el centro del campo y puso el balón en bandeja para que Suárez iniciara la goleada.
Iniesta probó suerte y golpeó en la cruceta de la portería provocando los gritos de su afición. Tres minutos más tarde Iniesta, Messi y Jordi Alba se aliaron para fabricar un gol maravilloso. El de Albacete inició la jugada, Jordi Alba se sacó de la manga un taconazo en la línea de fondo para que Messi realizara el gol a placer.
Messi pudo sentenciar el partido a los 30 minutos en una contra pero Escudero le agarró quitándole casi el pantalón cuando se iba sólo y sólo se llevó la amarilla. Previamente se había pitado un ajustado fuera de juego al argentino que también se quedaba sólo ante el portero sevillista. Eso sí, en el minuto 39 no se pudo eviar más y con una pared de fábula entre Messi y Suárez que el uruguayo hizo el tercero del FC Barcelona.
Tras el paso por los vestuario, los blaugranas siguieron a lo suyo. Iniesta marcó un precioso tanto tras aliarse con el '10' argentino en una jugada para el recuerdo.
El partido dio para más. Coutinho de penalti que el mismo había provocado y marcado en la misma jugada después de que el árbitro hubiera pitado la pena máxima, marcó el 0-5.
Pese al 0-5, la afición sevillista no paró de cantar dejando un gran ambiente que acompañaba al deleite del graderío culé, al tiempo que pidieron la salida de Montella y pitaron a los suyos tras el final del partido.
El partido dio para más. Coutinho de penalti que el mismo había provocado y marcado en la misma jugada después de que el árbitro hubiera pitado la pena máxima, marcó el 0-5.
Pese al 0-5, la afición sevillista no paró de cantar dejando un gran ambiente que acompañaba al deleite del graderío culé, al tiempo que pidieron la salida de Montella y pitaron a los suyos tras el final del partido.